A propósito de la celebración de los 90 años del Maestro, el Banco de la República anuncia la adquisición de más de 25 mil de sus fotografías.
Como parte de su programa de desarrollo de colecciones la Red de Bibliotecas adquirió el archivo fotográfico de Abdú Eljaiek, compuesto por 25.622 negativos, en su mayoría a blanco y negro, que corresponden a lo más destacado de su prolífica obra fotográfica y artística. Desde ahora este patrimonio visual y documental colombiano se une a una de las colecciones fotográficas más importantes y completas del país: la que preserva, investiga y divulga la Red de Bibliotecas del Banco de la República, en la que se encuentra la obra de destacados fotógrafos como Sady González, Hernán Díaz Giraldo, Gumersindo Cuéllar, Alberto Lenis Burckhardt y Juan Manuel Renjifo, entre otros.
A pocas semanas de cumplir 90 años el Maestro Abdú Eljaiek nos recibió para conversar sobre su archivo recientemente adquirido por la Biblioteca Luis Ángel Arango. La cita fue en la casa donde actualmente vive su nieto, una casa amplia de dos plantas en el norte de Bogotá en la que se estableció con su familia a finales de los años 60 y donde todavía se encuentra su estudio de fotografía. “No ha cambiado mucho, en un inicio el laboratorio de revelado quedaba en esta esquina (en el norte del perfecto cuadrado blanco del estudio), en un espacio que yo mismo adecué, pero en algún momento fue muy pequeño y lo trasladamos allí (a un cuarto contiguo)”, nos comenta mientras se toma un café clarito, uno de los placeres a los que no renuncia.
Con una calidez y vitalidad que deja entre ver su carácter sencillo pero exigente, recorrimos los rincones de su memoria y por medio de sus fotografías conversamos sobre sus 70 años tras el lente, los personajes, las experiencias e intereses que motivaron su obra.
Nacido en Calamar (Bolívar) el 28 de febrero de 1933, Abdú César Eljaiek Eljaiek es reconocido actualmente como uno de los fotógrafos imprescindibles en la historia de la fotografía colombiana, su obra no solo registró los grandes personajes de su tiempo sino que con su técnica y estética trascendió la reportería y contribuyó a afirmar la fotografía como medio artístico, lo que lo convierte en uno de los fotógrafos más destacados de la segunda mitad del siglo XX e inicios del siglo XXI.
Descendiente de una familia libanesa que empezó a establecerse en Colombia desde finales del siglo XIX, Eljaiek renunció a continuar con el camino del comercio de textiles que establecieron sus familiares en Girardot, en su juventud se trasladó a Bogotá, se aventuró a aprender el oficio de las cámaras y se dedicó por completo a la fotografía. En 1954 aprendió a utilizar su cámara fotográfica de manera autodidacta cuando tomó la que es considerada su primera fotografía, que fue publicada en la Revista Semana y está dedicada a la famosa escultura la Rebeca, emplazada anteriormente en el Parque Centenario, inexistente hoy, y ubicada actualmente cerca a la Calle 26 en el centro de Bogotá.
Con una cámara fotográfica prestada, y con las pocas instrucciones que recibió de su propietario, el instinto, que Eljaiek llama “olfato”, lo llevó a capturar esta foto. “ubiqué la cámara sobre una roca, lo único que sabía es que si le ponía mucho tiempo no podía moverla. La ubiqué, y con cuidado para que no se moviera disparé y conté hasta diez, como jugando a las escondidas. Ahí mismo fui a revelar en Foto Wolf, el laboratorio de revelado de un alemán que vino a Colombia como reportero y se quedó. Cuando fui a recogerlas había una foto grande y los demás eran negativos, de todo el rollo solo servía una foto, que es esa.”
Su primer empleo en Bogotá lo obtuvo en el año 1956, cuando ingresó a ser parte del Área de Cine y Fotografía de la Televisora Nacional de Colombia. Aquí empezó su primer acercamiento con las cámaras de video y su obstinación por entender cómo funcionaba el laboratorio. Técnica que respeta profundamente, y que considera que, en la fotografía de su época, fue un elemento vital para conseguir material fotográfico de calidad. “A mí me tocó gustarme el laboratorio, porque no había quien me revelara. Y cuando me revelaban, yo que he tenido buen ojo para la calidad técnica, veía todos los errores. Ese siempre ha sido mi sistema, aprender por mí mismo cómo se hacen las cosas.” Para Eljaiek un buen fotógrafo debía dominar muy bien el laboratorio, o tenía un muy buen técnico que se encargara del revelado.
La publicación de una fotografía que tomó de la arquitectura colonial de Girón (Santander) en 1960, en la portada del suplemento de lecturas dominicales del periódico El Tiempo, supuso un giro determinante en su carrera. Desde entonces, Abdú Eljaiek se dedicó a la fotografía fija por completo. Ente otros hitos, tomó con su cámara una de las primeras series de desnudo que se publicó en Colombia.
Designado por muchos de los estudiosos de la fotografía como uno de los grandes fotorreporteros del siglo XX, Abdú Elajiek se desliga por completo de esta designación y se autodenomina como un fotógrafo con una mirada propia sobre el mundo que capturó. Admite que, si bien hizo algunos trabajos de fotorreportería, el grueso de su obra no se puede ubicar en esta tipología. Para él su trabajo fotográfico es más cercano al arte.
Sus fotografías tienen un sello propio en el que destaca el uso de la luz natural, la presencia del claro oscuro y la dignificación de sus retratados. Y aunque sus fotografías también se ocuparon de otros temas como, por ejemplo, las grandes personalidades del mundo cultural, los eventos destacados de la vida social y política, la arquitectura de las principales ciudades y el mundo rural, sus fotografías inspiradas en la espontaneidad de otros fotógrafos como Henri Cartier-Bresson, tienen un corte artístico que recuerda el instante decisivo “El arte en la fotografía es tomar el momento exacto, cuando se siente. Nunca me acostumbre a tomar varias fotos a ver qué me salía. Ahora para tomar una fotografía hacen 40 o 50 tomas para que salga una buena. Yo no, me acostumbre a ver cuándo y qué tomo, dos o tres fotos, no tenía yo plata para invertir en tantas películas.”
El mismo espíritu curioso que lo llevó a aprender fotografía de forma autodidacta, lo convirtió en maestro, Eljaiek ha tenido cientos de pupilos: se desempeñó como catedrático de fotografía en la Universidad de los Andes, la Universidad Distrital, la Universidad Externado de Colombia y otras. Ha obtenido múltiples reconocimientos, entre ellos el Premio de Artes Plásticas y Visuales otorgado en 2017 por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá. Sus fotografías han sido publicadas en numerosos libros, periódicos y revistas, y expuestas en el Museo de Arte Moderno, el Museo Nacional y el Centro Colombo Americano, entre otras instituciones nacionales, y en varios países europeos, entre ellos Francia y Bélgica.
A sus 90 años Abdú Eljaiek sigue tomando fotografías, le ha tomado cariño a la fotografía digital “porque la cámara le hace el laboratorio” y aunque ya no viaja como antes aprovecha cada oportunidad que la luz le da para sentir las fotografías.
El Archivo fotográfico, un esfuerzo familiar
El fotógrafo Esteban Eljaiek, hijo de Abdú, asegura que la idea de construir el archivo fotográfico inició en el año 2015, cuando en compañía de su hijo Sebastián Eljaiek decidieron proponerle al Maestro realizar una organización de sus negativos. El objetivo fue consolidar un archivo que permitiera mostrar lo más representativo de su obra fotográfica, la transformación profesional que había tenido con el trascurrir de los años y la experiencia que logró a través de cada una de sus capturas, con las que construyó su propio lenguaje fotográfico.
El insumo principal de este trabajo de organización primaria fueron los negativos que Abdú Eljaiek guardó celosamente desde la década de los 50, cuidadosamente seleccionados al considerarlos como lo mejor de su producción artística. Con estos negativos depurados se realizó un proceso de ubicación cronológica, identificación geográfica y asignación de títulos, lineamientos técnicos que Esteban Eljaiek consideró básicos para su identificación y organización.
El archivo adquirido por la Red de Bibliotecas del Banco de la República consta de 25.622 negativos, 95% en blanco y negro y 5% a color y diapositivas, en formatos de 35 mm, 6x6 cm y 6x7 cm. Material que se encuentra almacenado en 66 fólderes y cuenta con un inventario básico para su consulta, este catálogo está disponible en la Sala de colecciones especiales de la Biblioteca Luis Ángel Arango o a través del chat de Pregúntele al bibliotecario, donde se podrá consultar el listado y solicitar la digitalización de la imagen requerida.
Destacan del conjunto las siguientes series fotográficas:
- Los campesinos boyacenses, especialmente su trabajo sobre Villa de Leyva, inspirado en las fotografías de Leo Matiz y Luis Benito Ramos, referentes cercanos de la obra de Abdú Eljaiek. Esta serie es importante porque se convirtió en una forma de capturar una Boyacá que hoy no existe, cuyos paisajes, vestuarios y modos de vida se han transformado con el correr de los años.
- La serie de retratos a importantes personalidades nacionales como: Fernando Botero, Alejandro Obregón, Fernell Franco, Juan Antonio Roda, Feliza Bursztyn, Alberto Lleras, Camilo Torres, Belisario Betancourt, Rodolfo Llinás, Rogelio Salmona, Álvaro Mutis, Eduardo Caballero Calderón, Lucho Bermúdez, Enrique Buenaventura, Delia Zapata y Totó la Momposina.
- La serie de desnudos artísticos tomados a la modelo y artista Dora Franco que, al ser de las primeras de su tipo, causaron revuelo nacional luego de ser expuestas en la sala del Colombo-americano. De esta serie solo se conservan cuatro negativos en el archivo, puesto que los otros negativos se dañaron durante el proceso de revelado.
- La serie de fotografías industriales para empresas como: Centrales, Asocaña, Siderboyacá que hacen parte de la memoria gráfica de la historia empresarial del país. Y que fueron tomadas con la mirada artística de Abdú Eljaiek.
- La serie de fotografía arquitectónica de Chiquinquirá, Ráquira, Monguí, Tópaga, Tunja, Villa de Leyva, Popayán, Bogotá y Cartagena, por solo mencionar algunos pueblos y ciudades que quedaron capturados bajo su lente.
La larga trayectoria de Eljaiek como fotorreportero, fotógrafo publicitario y, por supuesto, fotógrafo artístico, hace de su obra una fuente documental para entender la historia de la fotografía en Colombia.
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