Reseña de la antología de cuento Puñalada trapera. - Colina Revista

Noticias

Reseña de la antología de cuento Puñalada trapera.



Puñalada trapera: una antología de cuento colombiano.

Editor: Juan Fernando Hincapié

Rey Naranjo Editores.

Por Juan Sebastián Lozano

Parte 1

Una amiga me vendió este libro a $5.000, me dijo que era muy malo, que no había podido terminar estos cuentos. La edición es muy bonita y son los escritores reconocidos de mi generación, más o menos, aunque falten algunos, si quiero entrar a la competencia, al duelo de vaqueros y vaqueras y vaqueres, debo conocerlos, pensé, les daré la oportunidad de entrar en mi corazón. 

Es hora de superar a Fernando Vallejo y su rabia y su locura, de superar a Andrés Caicedo y su rubia perversa, de superar a Opio en las nubes y sus gaticos y sus hippies y su narración esquizofrénica, terminal e iluminada, cómo te extraño, Opio en las nubes. He leído algunos de la generación anterior, por así decirlo, me gustan Efraim Medina y Santiago Gamboa, no pude con Abad, Mendoza, Sanín; el primero y la tercera me parecieron aburridos, intenté con La melancolía de los feos del segundo y me pareció que estaba escrita a las patadas, no pude salir de mi melancolía y tiré el libro por la ventana. Mentiras, exagero, supongo que no he dado con el libro correcto de ellos y habrá que darles otra oportunidad. En los últimos días leí a autores de mi editorial Calixta y todo muy bien, se las traen, como se las trae Pablo Concha de quien hablaré en una próxima oportunidad. Y espero leer a los amigos del weird y el sci-fi de los que tanto hablan por aquí, claro. 

Es difícil ser sincero en estas redes cuando se habla de otros escritores, ya sabemos que en  Colombia hay "roscas" en general o eso dicen, el campo literario aquí se caracteriza por la lambonería y el mutuo elogio; por eso admiro a tipos como John Better o mi amigo Marco Cala que dicen lo que piensan, que se expresan con enjundia y carácter. Para que el campo literario esté vivo, para que se mueva, para que generemos ruido y esté no sea solo el de La red y la televisión, para que todos mejoremos (escritores, críticos, periodistas) son necesarias la dialéctica, los choques de trenes, las polémicas y las colisiones, es necesario que empecemos a ser sinceros. Creo en un campo literario vivo, cristiano y nietzscheano, nada zen, o algo zen, pero también samurái, en esto debemos ser estrictamente hegelianos, y ojalá marxistas, y ojalá foucaultianos, aunque a estas alturas mejor ni nombrar a ese señor. 

Dejo de hablar carreta, me interesa comentar estos cuentos, me arriesgaré a ser sincero así genere antipatías y no me metan a alguna rosca, pero como dije creo que la crítica y el periodismo cultural serio son necesarios para que la literatura se fortalezca. Por ahora he leído tres cuentos y medio y digo lo siguiente:

1. Alguna vez leí Su casa es mi casa de Antonio García Ángel y me gustó, bastante chandleriana, epigonal, pero me pareció divertida y bien estructurada. Alguna vez leí otro cuento que no me gustó tanto y ayer me encontré con Jabalíes en Puñalada trapera, creo que tiene buen ritmo, pero en general me pareció flojo. No compraría un libro con cuentos así, no parece literatura, quiere darle voz a un tipo corriente, claro, pero no hay historia, sólo una anécdota sin mucha importancia y sin mucho ingenio, solo un relato de bar bastante prescindible. Pensé que iba a explotar en algún momento, pero nada.

2. Me han recomendado a Juan Cárdenas, lo conozco por las polémicas en Twitter y sus opiniones políticas. Su cuento, Criaturas, me pareció pretencioso y de narración pobre, repite mucho el sufijo "mente", abusa bastante del "sufijo" mente, lo que para algunos expertos y editores es un error imperdonable. El cuento tiene un muy buen momento, algo sobre un sueño, pero en general es confuso y no logré conectarme, aunque el fondo sea interesante. Pero volveré a Cárdenas, si hablan tan bien de él será por algo. 

3. También recomiendan mucho a Margarita García Robayo, no había leído nada de ella, su cuento, Historia general de tu vida, me encantó. Tiene gran sentido del humor, tiene ideas, un cinismo delicioso; me recordó a grandes cuentistas norteamericanos como Cheever y Carver, pero con humor, un punto de vista femenino necesario y que causa mucha curiosidad en el lector masculino. El cuento es genial o casi, y es difícil rastrear sus influencias porque va más allá de los cuentistas gringos más conocidos —y yo tampoco he leído tanto—, esto es encantador para un lector como yo que siempre busco relaciones, me la pone difícil, te amo Margarita García Robayo. Espero leer pronto tus novelas y otros cuentos. 

4. Es el momento de Pilar Quintana, hoy es elogiada, respetada y aparece en todos los medios por la obtención del premio Alfaguara. Premio que genera polémica por aquel rumor que reza que los premios de las grandes editoriales son arreglados, y pues, es muy probable. Pero vamos al cuento, o al medio cuento porque no lo terminé, me pareció extraordinariamente aburrido y escrito a las patadas, parece un cuento norteamericano escrito en estado de alicoramiento, o más bien de envenenamiento. Porque hay borrachos geniales, claro. O más bien en estado de exceso de rivotril o anestesia general. Bueno, debo estar exagerando, sí, debí terminarlo y tal vez lo haga, pero es que hay literatura que hace que los ojos duelan, y lo siento, Pili, pero no es tu mejor cuento. La novela ganadora del premio debe ser muy buena y me han hablado bien de La perra, espero tener ánimos para volver a leer a Quintana y no quedarme con este cuento o medio cuento para olvidar. Bueno, tal vez cuando lo termine si es que lo hago tendré que tragarme mis palabras, eso espero. 

Seguiré con los otros cuentos, no se desesperen, esto debió quedar muy largo, de nuevo, y no creo que abunden los favs, por lo que ya sabemos, no importa (eso nunca importa, sí importa, como el tamaño, a quién engañamos, somos niños idiotas en busca de reconocimiento), lo trascendental aquí es la sinceridad, que dejemos de ser tan falsos y lametraseros.

Parte 2

Lo confieso, no leí todo Puñalada trapera, leí seis cuentos más, al azar, después intenté con el segundo del volumen, el de Mónica Gil, y no pude terminarlo, la prosa me sacó, hay cosas que no soporto o para las que no estoy preparado. Quedó pendiente Andrés Mauricio Muñoz, me lo han recomendado y alguna vez leí un cuento de él que me gustó, quedaron pendientes algunos más cuyos nombres no recuerdo, pero espero leerlos un día de estos. No cumplí mi promesa de terminarlos, se atravesó Putas asesinas de Roberto Bolaño que conseguí en promoción y releí con un placer casi sexual, con devoción, y es que Bolaño es mi padre literario, o quiero que lo sea, ese lirismo terminal es muy difícil de encontrar en la literatura, al menos en la prosa comercial.

Estaba preparado para detestar el libro (Puñalada), alguna vez un profesor de la universidad dijo que el libro era flojo, de una rosquita burguesita, que rescataba el cuento de Muñoz; mi ex amiga, la ultracrítica literaria, bloguera, tuitera ácida y humorista negra Elsy Rosas Crespo me dijo que el libro era horroroso, que no había podido terminar los cuentos; y un poeta y novelista paisa de los Vélez Vélez (Federico) me dijo también que había perdido el tiempo con el libro, que la cultura en Colombia estaba tomada por los mamertos hipócritas. Luego me enteré de que el poeta es uribista, tal vez un personaje de "La literatura nazi en América" de Bolaño, decidí ir en contra de estas opiniones demoníacas, cínicas, resentidas y leer el libro, comprobar si era tan mierda como decían las malas lenguas. Mis conclusiones a continuación. 

Debo decir que me encantó leer gente de mi generación, que me sentí identificado, compartimos una sensibilidad y una temática, una manera de ver el mundo influenciada por los dibujos animados, los Simpsons, el cine basura, el porno explícito, etc., etc., eso se siente. Me encantó el cuento de Orlando Echeverry Benedetti, La lumbre en mi vientre, me recordó al cuento Verdor de Tomás Gonzales y a la mejor cuentística norteamericana. Echeverry le apuesta en este caso a no hacer autoficción, crea un personaje, se mete en las pieles de los que sufren de verdad, intenta contar el mundo, el mundo, lo que está afuera, no las selfies y el espejo, no sus masturbaciones, y lo hace con gran calidad narrativa y pinceladas de poesía, buena construcción de atmósfera, un cuento claro, lúcido, no pretencioso, no falso; bien Benedetti, espero leer pronto tu libro de cuentos Fiesta en el cañaveral que suena por ahí. 

Me encantó también la sutileza de Humberto Ballesteros, muy bello el cuento Un ringlete, y bueno encontrar cuentos que hablen de sentimientos positivos en esta época en la que brilla la oscuridad, muy recomendado, me encantó la sintaxis extraña, original y poética, y el ringlete queda dando vueltas en la cabeza iluminado por el sol de una bella tarde en un ancianato tranquilo, en un mundo en paz, en un mundo en el que se acepta la muerte y se trasciende. 

Leí a dos chicas, Carolina Cuervo, la recuerdo por Oki Doki y el brillo gótico de la televisión, y Gloria Susana Esquivel a quien he leído en Twitter y la he visto defendiendo con ahínco la causa feminista. El cuento de Cuervo está escrito con mucha corrección, corrección perfecta y criminal de taller literario dictado por algún Carveriano amargado y trasnochado; "Resaca" está bien escrito, pero su tema, la envidia entre mujeres y entre escritores es clichesudo, bastante manoseado, y el tratamiento aquí no es muy profundo y se queda corto, pero la chica Oki Doki tiene su acidez interesante y tal vez más adelante vuelva a leer sus travesuras.

(A estas alturas si es que alguien sigue leyendo esto se preguntarán quién soy yo para hablar así como si fuera el supercrítico o el superperiodista reconocido o Juan la mondá, pero ajá, cada quién es rey en su mundo, y en mi mundo soy un interesante periodista cultural, algunos me apoyarán, algunes de los lindes que le dan corazoncitos a mis artículos). 

Y Esquivel, Esquivel, bueno, no me gustó la narración de La huésped, el cuento me resultó un poco monótono, sin embargo, se dejó terminar y explora una estética superpop (no popó) interesante, como un cuento influenciado por Beyoncé, Shakira y toda esa efusividad sentimental y lujuria desenfrenada, bueno, esto último no, más bien es una estética Shakira con depresion, anoréxica, empastillada, triste y suicida, con ganas de meter la cabeza en el horno. Bueno, de todas maneras me interesa saber cómo sigue esta exploración estética superpop (y esto no significa que no haya profundidad existencial, en el cuento la hay, o eso creo) de Gloria Susana Esquivel y sus secuaces que me imagino que andan por ahí saltando en emisoras, bares, discotecas, dando clases en universidades, emulando a las Girls neoyorquinas de Lena Dunham, aunque supongo que conscientes del tercer mundo de mierda en el que vivimos. 

Me gustó el cuento de Daniel Ferreira, la historia me atrapó, pero la extensión se quedó corta (para mi gusto), La casa de los gatos que le pegan a los perros da para un cuento más largo, debo decir que para entenderlo tuve que pensar un rato, y eso está muy bien, tiene una narración clara, pero un cripticismo interesante. 

Leí a Luis Noruega, autor alabado por mis amigos del weird y recopiladores de ciencia ficción que tanto se muestran por aquí, que hacen una labor titánica y encomiable, me han hablado del libro Iménez y algún día lo leeré, pero debo decir que el cuento que leí no me deslumbró, me pareció un poco para estudiante de literatura. Bastante subtexto, algo confuso, no estoy preparado para él, pero la prosa es muy correcta y en ocasiones poética, es un cuento de un escritor con talento, pero no me conecté con el triste personaje. 

Y bueno, ya termino, espero leer los demás, me gustó leer a la gente más o menos de mi generación y sé que hay más y en algún momento llegaré a ellos, la historia nos irá depurando, el molino, los molinos de viento, vamos a ver quiénes soportan la resaca, vamos a ver quiénes están más preparados para correr maratones. Por ahora en cien metros planos hay unos que demuestran talento y ambición como Echeverry Benedetti, otros que pueden brillar con su originalidad y rareza como Ballesteros, sus cuentos me parecieron los mejores, de los que leí, y bueno, vamos a seguir en esto de no solo leer clásicos o libros consagrados sino saber qué hace la gente de la generación o degeneracion, y no sólo de rey naranjos y editoriales así, hay que explorar más allá, claro, aunque el tiempo no alcance para tanto. Pero abrá que estirarlo, a estas alturas de la humanidad tal vez lo mejor sea vivir en los libros.

No hay comentarios