Intentando-ensayando-un texto sobre la exposición “Las Políticas del ensayo” de Francis Alÿs

dou_ble_youSeguir en Flickr.com. Francis Alÿs, Re-enactment #2 at Tate Modern.

(For Re-enactments 2000 he walked into a gun shop, bought a weapon, and carried it very visibly until he was arrested. The next day, somewhat implausibly, he persuaded the police to take part in a reconstruction of the exact same events.) 

https://francisalys.com/?fbclid=IwAR3ROkDg18OFeYsH08DspxUPQHfSyqvaHrlNZ19S6Bgle2ZWJGdVswJWTGk

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Por Juan Pablo Plata

Confesaba Jean Luc-Godard en una entrevista su complacencia por ir a ver películas cuando ya habían empezado, entrando a la diabla en un momento azaroso, para también salir sin plan, antes del final de la cinta. Dice en su libro Doctor Pasavento, sobre la anécdota y respuesta de Godard, el escritor Vila-Matas: “Seguramente Godard no creía en los argumentos. Y posiblemente tenía razón. No estaba nada claro que cualquier fragmento de nuestra vida fuera precisamente una historia cerrada, con principio y final.”

Decía Rusell Ferguson, curador de la exposición, en la presentación de Políticas del ensayo (27 de Mayo-17 de Agosto de 2009, Casa Republicana. BLAA) del belga: “Francis Alÿs, a pesar de haber producido parte del arte más persuasivo de los últimos años, tiene una relación ambivalente con esta idea de completa resolución. Ciertamente él desea que su obra permanezca en la conciencia de quienes la ven. Alÿs busca las articulaciones más claras posibles de las premisas que desea explorar.”

Ambas citas casan con el método de trabajo, los temas y los resultados de las obras mismas de Alÿs, de quien se sabe puede tardar mucho tiempo en dar por terminada una creación, y que muchas veces cambia el nombre e idioma del título de sus obras y la fecha de conclusión de éstas. Pasan muchos días, meses y hasta años antes de decidir el final de una de sus instalaciones audiovisuales y las instrucciones de sus performances, capturados después en video. Los contenidos de las obras de Alÿs atienden a una modernidad incompleta, nunca alcanzada en Latinoamérica frente a los países del primer mundo. La observación de los resultados de sus obras en la exposición Politicas del ensayo producen la misma sensación de la anécdota de Godard: el espectador o visitante parece estar llegando tarde, in media res al asunto, como en el teatro clásico griego.

Es así, en medio de nada, casi sin contexto, como Alÿs transmite una alta conciencia de la fragmentariedad de la vida y de la vida moderna en particular, con videos sin principio ni fin, en su mayoría, con la grabación de actos premeditados por instrucciones y dibujos (presentes también en la exposición) en los que a veces interviene él mismo, con lo cotidiano y la repetición entre las pocas guías para la elaboración. Es un creador con planes para producir fragmentos, dislocaciones, orientados hacia la reflexión sobre el atraso y el subdesarrollo económico. Alÿs nos invita a pensar en un Cronotopo irregular (Término de Mijail Bakhtin, prestado a la Física, categoría crítica que aúna el tiempo y el espacio), pues si estamos en la etapa final de la Modernidad con rumbo o viviendo ya la Posmodernidad, no es un estado presente en todos los espacios del mundo. Se vive en el tiempo clasificado como Moderno o Posmoderno pero no se tiene un reflejo espacial, físico de ello en el tercer mundo, en Latinoamérica. Eso nos quiere decir el artista.

Refería también en la presentación de la exposición, el curador Ferguson, las sentencias autoexplicativas del trabajo de Alÿs:”Máximo esfuerzo, mínimo resultado”, “A veces hacer algo no te lleva a nada”, “A veces hacer algo te lleva a algo”.

Eso son muchas veces las obras del este artista: repeticiones de acciones sin utilidad aparente, ¿enterno retorno?, repeticiones e inducción del Déjà vu en la misma exposición, como la de Ensayo 2, cuando nos muestra un vetusto Volkswagen Escarabajo intentando reiteradas veces subir una cuesta sin pavimentar o un perro jugando con una pelota de fútbol desinflada en el patio de una casa o una bailarina desnudista que nunca culmina su acto por la interrupción de la música de piano y el canto del soprano que ameniza la función.

El artista ha pasado 20 años en México, es belga y arquitecto de profesión, pero se convirtió en artista cuando viajó a ese país con el fin de contribuir desde su campo profesional con un plan de cooperación para el desarrollo. Antes de crear videoinstalaciones, Alÿs pasó por un periodo pictórico especializado en el retrato femenino (Véase la serie de retratos Fabiola en el Museo Nacional de Retratos en Los Ángeles, California).

Otras obras suyas en video son: Paradoja práctica, un video donde por muchas horas el mismo Alÿs empuja un bloque de hielo por la calles de México, DF, hasta reducirlo a nada y ser sujeto del juego de unos niños y sus patadas; Railings, hecho en Fitzroy Square, en Londres, consiste en que otra vez el mismo Alÿs con una vara va tocando rejas metálicas, con diferente ritmo, en la acera redonda del parque mientras girando y luego comienza a caminar por la ciudad haciendo lo mismo en aceras rectas con rejas; Zapatos magnéticos, con unos botas imantadas Alÿs camina por La Habana, Cuba, recogiendo con sus pasos, al garete, fragmentos metálicos atraídos por los polos opuestos de los metales; Cuando la fe mueve montañas, performance colectivo en que muchos estudiantes peruanos movieron levemente la masa de arena de un desierto; Bolero (Presentado en la Bienal de Venecia), animación repetitiva del lustre de unos zapatos por unas manos con un trapo de ropa.

Para muchos seguramente las creaciones presentes en la exposición no son más que zarandajas y sin sentido elevado a arte, pero curiosamente la exposición tuvo entre sus fines dar un acercamiento distinto al público al arte contemporáneo a través de un artista emplazado en lo posmoderno- igual fin tiene el texto ¡pare De sufrir! de Lucas Ospina-, en arte con concepto que debe poner una explicación al lado de las creaciones, pero que al mismo tiempo usa lo cotidiano, lo sencillo y se da a entender.