Huellas de garra. Silver Editions. 2021. - Colina Revista

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Huellas de garra. Silver Editions. 2021.

HUELLAS DE GARRA, Crónicas.

 Amadeo González Triviño.

Bogotá 2021.

Silver Editions y Centro Cultural Cuatro Tablas.

Todos los derechos reservados. Copyright.



Amadeo González Triviño © 2020. Garzón, Huila. Colombia.


Silver Editions. 2021.


Disponible en 


https://www.amazon.com/dp/B08RXH5H2T/ref=cm_sw_r_tw_dp_Wni9FbBWX3VSB




“Amadeo, acabo de leer tu libro de crónicas.   Dicen que el periodismo  dicta  muchas  normas  para  escribir  crónicas,  y hay grandes sabios al respecto. Yo pienso que cada escritor es un mundo y escribe lo que vive, lo que ve, lo que le apasiona y lo que no tiene sentido. Me gusta esa manera de escribir tus crónicas. No son el premio Nobel en persona, pero  son  crónicas  y  qué  bien  las  escribes  porque  hay  en

tus crónicas vivencias, puras vivencias. Son las crónicas de alguien que conoce el terreno, de qué color son las mandarinas y hacia dónde va el río. Me alegro por ti que a manera de cuento haces crónicas y a través de las crónicas hay una vida de por medio.”


 Milciades Arévalo.



“Soy de la idea de contar una historia de rebeldía, como las que  vimos  muchas  veces  por  televisión:  campesinos  protestando, tirando piedra, confrontándose con el ESMAD, algunos sacrificando su vida, sus ojos y sus extremidades. Lo que los colombianos vimos de El Quimbo fueron historias heroicas que aún no han sido contadas en detalle. Hay que contar por lo menos una, a riesgo de que si no es así el libro muestre a los huilenses demasiado humillados, envilecidos, borrachos,  estafados,  casi  putrefactos,  muy  derrotados.  Ya le he dicho que el tema es grandioso, tratándose de lo que ocurre en una ribera del Río Madre colombiano en manos de una mafia conformada por políticos vendidos a una multinacional.”


Oscar Emilio Bustos.

 

Prólogo


Amadeo nos refiere una y otra vez la vida parecida de personas que como Aureliano Segundo en Cien años de soledad bailaban la cumbiamba mientras quemaban billetes o gritaban a las vacas súper fecundas de la realidad y la imaginación que se apartaran para dar paso a la vida: porque la vida es muy corta para atajar el paso del derroche. La diferencia entre los dos libros referidos en el símil de arriba se halla en la calidad genérica. Cien años de soledad es una novela y Huellas de garra es un libro de crónicas con leves visos de ficción. Así pues, sorprende leer la vida real cifrada de personas oriundas del Huila que fueron ultrajadas, despojadas y mal indemnizadas en nombre del desarrollo propuesto por la empresa Emgesa en la construcción de la represa El Quimbo.


Nuestro amanuense y abogado se ha tornado en esta publicación en un autor comprometido con la realidad de sus semejantes. Hacer esto seguro le granjeara complacencias sobre sus denuncias y sus textos al igual que detractores desinformados y tercos pese a las evidencias. Pero habría que ir a vivir a Garzón, Huila u otro de los pueblos o asentamientos amodorrados del departamento y afectados por la represa El Quimbo para darse cuenta de que el escribiente ha dicho la verdad. El sur del Huila fue timado y no se encuentra ahora en muy buenas condiciones ambientales y económicas. No hubo progreso para todos, sino para la multinacional y el Estado.


Sobre Garzón, Huila, siempre se ha contado una historia religiosa idílica de un pueblo paradisiaco denominado como la capital diocesana con gran interés turístico; con unos ciudadanos probos y acogedores. Como si dios y los santos o los santos hombres moraran allí en ese pueblo más que en otros lados del planeta y el municipio fuera un lugar más celestial que terrenal . Nada más alejado de la realidad, nos lo demuestra Amadeo cuando pone en evidencia el atraso social de una ciudad que yo he visto sin andenes, con un colegio construido al que no se podía llegar por falta de un puente y otras maravillas que no se corrigen pronto en los diversos gobiernos de varios partidos que se rotan el podercito del villorrio. 


Espero sirva este libro y sus relatos como escarmiento para garzoneños y foráneos sobre el espejismo del progreso y la grandilocuencia con que las multinacionales y los gobernantes engañan a las masas para dejar que se construya una presa inicua en detrimento de la vida pasada local de los habitantes, la fauna y la flora.


Amedo González y el gobernador del Huila vigente en 2017, Carlos Julio González Villa, se oponen con su accionar y palabras a más represas. Y, uno no pueden sino estar de acuerdo y agradecido, sobre todo, si se repara en los nefastos desenlaces e influencias que tuvo la presa en la vida de los huilenses. 


Juan Pablo Plata. 2021.


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